Los Asesinos de La Luna (Killers of the Flower Moon) es la nueva película de Martin Scorsese en el que repite como protagonista uno de sus actores fetiche: Leonardo Di Caprio. El filme dura unos 206 minutos, que se dice sencillo pero en lo personal me costó.
Pero hablemos de la trama para caer en mi reseña. Por supuesto, todo esto sin spoilers.
¿De qué trata de Los Asesinos de la Luna?
Los Asesinos de la Luna tiene una trama bastante sencilla. Narra una historia ambientada en los años 20 del siglo XX y se enfoca en la nación nativa estadounidense Osage.
Este pueblo, aparentemente sin nada que ofrecer, encuentra por casualidad una reserva de petróleo en sus tierras. Al poco tiempo llegaron a convertirse en uno de los grupos humanos más ricos por cabeza. Incluso, según muestra la película, era muy común que las familias de blancos intentaran casarse con miembros de la nación Osage para tener acceso a su dinero.
Sin embargo, pronto la opulencia les pasó factura. Una serie de asesinatos acabó con la vida de la mayoría de Osage, en una ola de crímenes más tarde bautizada como Reinado del Terror.
En este contexto, un hombre blanco regresa de la guerra y se enamora de una de las nativas, al tiempo que se ve envuelto en una conspiración muy grave.
Nuestra reseña de Los Asesinos de la Luna
Los Asesinos de la Luna es una tremenda historia, desarrollada hasta el más mínimo detalle. Sin embargo, en comparación con otras obras cinematográficas, me faltó un poco de más lucimiento a nivel técnico y artístico.
Quizás, es que vengo recientemente del efectismo de Nolan con Oppenheimer, o de la iconografía agresiva de Greta Gerwig con Barbie. Incluso, la súper ambiciosa —y quizás demasiado— Asteroid City de Wes Anderson. El tema es que Los Asesinos de la Luna es una puesta en escena muy correcta, en la que extrañé más momentos atrevidos como en El Lobo de Wall Street, buscando un referente del propio Scorsese.
Las más de tres horas que dura la película se justifican con una historia contada hasta el menor detalle. De a poco se va construyendo la trama, en la que no hay giros inesperados y todo ocurre sin ocultarle un hecho al espectador o darle espacio de imaginar o pensar. Si bien no pudiera decir que le sobra algo, como espectador prefiero que un misterio se vaya construyendo mediante pistas, escenas que no revelen mucho y diálogos menos directos.
En este caso probablemente Scorsese no oculta nada para darle a la trama un matiz más cercano a los hechos que cuenta: una sucesión de crímenes impunes realizados sin el menor remordimiento. Otro detalle que quizás no hace de esta mi película favorita del año es la poca empatía que se puede lograr con los personajes.
El filme, sin embargo, tiene algunos momentos muy destacables. La historia de la nación Osage y cómo llegan al petróleo es uno de ellos; y el otro es la disrupción narrativa al final a modo de epílogo, que no se vale de carteles ni una narración en off, sino de un guiño a otro medio de difusión.
En cuanto a las actuaciones todas son impecables. Di Caprio vuelve a darnos un personaje creíble, cuidado al mínimo detalle; mientras que Robert de Niro brilla por su carisma. En cuanto a la contraparte femenina, muy correcta, pero nada que sorprenda demasiado.
Muchos críticos se han concentrado en que la historia se cuenta del lado de los victimarios, pero creo que está muy justificado. En primer lugar, Los Asesinos de la Luna se basa en un libro, por lo que la historia original ya era así. Además, esta perspectiva es quizás más adecuada para el tipo de cine que hace Scorsese.
En resumen, una buena película que exagera en el metraje y se regodea en exceso en describir hasta el detalle más mínimo de la historia. Aún así, una clase de narrativa sin mucho adorno, como un buen reportaje.
